Cuando yo estudiaba podía escoger entre la asignatura de ética o religión. Siempre escogí ética pero muchos de los alumnos decidían hacer religión porque «era más fácil».
Seguimos igual, es más fácil decir que somos unos pecadores y que, con una pequeña acción, seremos perdonados y exculpados que asumir la culpa de las cosas y esforzarnos por hacerlo bien, trabajarnos el día a día.
Hoy día seguimos igual que cuando estudiaba, no ha cambiado casi nada, no hemos cambiado casi nada.