Os voy a relatar la escapada que hemos hecho a Carcassone, por si hay alguien interesado en el tema y le puede servir nuestra experiencia.
Lo primero, como siempre, es planificar el viaje. Ver en qué condiciones vas a hacerlo y con quien. Tener medianamente claro cual va a ser tu ruta y también tus prioridades. Una vez hecho esto tienes la mitad del viaje solucionado.
Nosotros teníamos previsto estar fuera 3 días y viajamos con niños así que nada de largas rutas ni exceso de horas en el coche.
Salíamos de la provincia de Barcelona y nuestro destino final era Carcassone, así que programamos el viaje en 3 días.
Día 1: salida temprano (07:30h) y ruta con paradas varias hasta llegar al alojamiento.
Día 2: íntegro para dedicarlo a Carcassone, nuestro objetivo de viaje.
Día 3: ruta de vuelta y paradas varias para aprovechar el viaje.
A pesar de no haber seguido nuestra idea inicial y hacer todas las paradas previstas, ha sido un viaje estupendo.
El primer día salimos con el objetivo de hacer la primera parada en Peyriac-de-Mer que está a 20 minutos de Narbonne. Realmente paramos antes, en un área de descanso en la autopista, parada altamente recomendada para hacer pipi y sacar a los niños un rato. Aprovechamos para desayunar.
Hay que decir que allí, en las áreas de descanso de Francia, los lavabos están limpios y normalmente hay mesas y bancos donde poder comer algo, así que a unos 15 minutos de llegar a Peyriac-de-Mer paramos, descargamos nuestras bufetas y desayunamos.
Una vez llegamos a Peyriac-de-Mer aparcamos el coche a la entrada y dimos una vueltecita por el pueblo para estirar las piernas. Vimos la iglesia de Saint Paul y llegamos hasta el estanque, que es lo mas destacable de ese pueblo ya que tiene unas pasarelas por donde puedes caminar por encima del agua. Justo a lado del estanque hay un parking gratuito.
Deshicimos el camino y tomamos dirección Narbonne. Ésta es una gran cuidad con edificios emblemáticos y donde puedes encontrar de todo.
Dejamos el coche al lado del canal, en el Quai Victor Hugo, en un parking
descubierto. Allí pudimos ver el canal con algunos puentes llenos de flores; la plaza del ayuntamiento donde hay un vestigio de la via Domitia que unía Italia con España; la catedral de Jaint Just e Saint Pasteur por fuera; el palacio de los arzobispos y sus jardines, y poca cosa más ya que era nuestra parada antes de la hora de comer.
Podríamos haber comido por allí porque la oferta era económica si hablamos de comida rápida (bocadillos con bebida y una galleta por 4 euros) pero llevábamos la comida de casa y preferimos seguir nuestra planificación. Al salir, el parking nos salió gratis, no se si por la hora en la que entramos y salimos (11:30 – 13:30h aprox) o porque aquel día no se pagaba.
Siguiente parada: Abadía de Fontfroide que esta a unos 15 km. de Narbonne.
Justo a la entrada de la Abadía y el parking de vehículos hay una zona de descanso con merendero así que dejamos el coche y nos pusimos a comer; descansamos y decidimos no entrar en la Abadía (no pagar la entrada para hacer la visita) ya que se estaba haciendo tarde e íbamos con niños. Por tanto dimos un paseo por la zona exterior donde pudimos ver el tipo de construcción y subimos a una torre de defensa que hay a pocos metros.
Nuestro destino final estaba aun a 100 kilómetros: Cornèze, un pequeño pueblo o aldea que pertenece a Couffoulens y que se encuentra localizado entre Carcassone y Limoux. Nos pusimos en marcha y llegamos sobre las 18:30h, «just in time» a nuestro alojamiento. Es una casa habilitada para el caso, un Bed & breakfast que allí lo llaman Chambres d’hôtes. Justito en cuanto a la limpieza pero nos hizo el servicio ya que tenía mesa con sillas y espacio suficiente como para que los niños pudiesen disfrutar más que si hubiésemos escogido un hotel. Es regentado por Thierry que no entiende ni habla español, ni català, ni italiano, ni inglés… es decir, que francés y signos con las manos si quieres entenderte con él.
En Cornèze no hay nada, y cuando digo nada es nada más que calles y casas antiquísimas la gran mayoría sin restaurar. Tiene un teatro y una especie de bar que solo abre cuando lo hace el teatro. Por otro lado dicho «bar» no tiene refrescos como Coca Cola o Fanta, eso sí, puedes pedir todo el vino o zumo de manzana que desees.
El segundo día amaneció lloviendo y gris. Decidimos seguir nuestra planificación y pasar todo el día en Carcassone.
Cargamos en el coche los paraguas, chubasqueros, capas, cámaras de fotos y nuestra ilusión por ver la cuidad amurallada de cuento que habíamos visto en fotos.
Aparcamos al lado del puente viejo o Pont Vieux, en una plaza con árboles donde no hay que pagar, justo al lado de la Rue Trivalle. Caminamos 10 minutos hasta La Cité y efectivamente, es impresionante. Las fotos no hacen justicia a lo que allí puedes ver.
Había un pequeño mercado de artesanos a la justo al pasar la muralla y vimos varios productos de la tierra. Fuimos a la oficina de turismo y esperamos pacientemente nuestro turno. Os lo podéis ahorrar ya que os dirán que visitéis el castillo y las actividades que habrá a lo largo del día. Mi recomendación personal es que vayáis directamente al castillo, que paguéis la entrada (8,5 euros en 2013) y disfrutéis de un viaje en el tiempo. Podréis subir hasta las almenas y pasear por la parte alta del castillo disfrutando de las vistas. También visitar los salones, pasarelas y patios que hay dentro. Vale la pena entrar y hacer la visita (los menores no pagan).
Una vez visto el castillo fuimos a comer en el restaurante más antiguo (o así se publicitan) que hay dentro de La Cité: Le Trouvere. La oferta es abundante y hay precios desde los 12 euros. Atención porque allí las bebidas no están incluidas en el menú (vaso de Coca Cola 3 euros, botella de 1,5 l de agua 4 euros, …para que os hagáis una idea).
El plato típico es el Cassoulet: judías guisadas al estilo fabada con pato y butifarra de cerdo, supongo que cada restaurante tendrá su manera de elaborarlo pero la receta básica es la misma para todos.
Después de comer paseamos por toda la Cité que está llena de tiendecitas de recuerdos, entramos en la Basílica de St. Nazaire, y no quisimos irnos si dar el muy recomendable paseo entre la muralla exterior y la interior donde se puede apreciar, una vez mas, la espectacularidad del complejo.
Cuando acabamos la visita a la antigua cuidad fortificada pensamos en dar una vuelta por la zona más nueva, la Bastide St. Louis. Cruzamos el Pont Vieux y fuimos hasta el centro, la plaza Carnot, donde hicimos una parada para tomar un café. Nuestro objetivo final esta ir hasta el Canal du Midi y ver el puerto e intentar subir en uno de los barcos para dar un paseo por el mismo canal pero el tiempo nos lo impidió.
A todo esto vimos sol, nubes, mucho aire (ojo en la parte superior de la muralla), fuerte lluvia y granizo, un día muy completo en cuanto a lo meteorológico.
Acabamos la tarde comprando en un supermercado Géant Casino y cenando en un Buffallo Grill, ambos lugares están a las afueras de Carcassonne, junto a los hoteles más económicos.
El tercer día era el día de la vuelta y teníamos previsto hacer ruta y así aprovechar para hacer algunas visitas.
Comenzamos por la abadía de Saint Hilaire. 4 euros la entrada, niños gratis. Es una abadía del siglo XIII pequeña pero que vale la pena ver.
- El claustro del siglo XIV, rodeado de columnillas geminadas y arcadas ojivales formando 4 galerías, es bonito. En el centro hay una pila de piedra.
- Dentro, en el pasillo y alguna de las estancias destacan las pinturas originales (y restauradas) sobre madera.
- El púlpito de lectura del refectorio de los monjes es muy curioso y puede probarse su buena acústica.
- Puede visitarse la escueta cava, recordad que es el origen del Blanquette de Limoux, un vino blanco espumoso famoso por ser el espumoso más antiguo del mundo.
- En la iglesia podemos encontrar el sarcófago de San Saturnino con un bajo relieve de mármol blanco del pirineo del siglo XII.
Una vez hecha la visita nos dirigimos a Limoux. No se si porque era domingo o porque realmente no dimos con el lugar pero… nada que llamase nuestra atención así que seguimos hasta Couiza con el mismo resultado.
Pensábamos dirigirnos a los castillos de Peyrepertuse y Queribús pero a última hora decidimos cambiar los planes así que atravesamos los pirineos dejando la carretera D118 por la D109 en vez de seguir por la D117; enlazamos con la D9 y de ahí a la D117 con destino Perpignan donde paramos para comer en un KFC que quedaba en la ruta (780 Avenue d’Argeles sur Mer). Las vistas de este tramo son increíbles (la D9 es una estrecha carretera de montaña).
Una vez comimos seguimos hasta nuestra última visita del viaje: Port-Vendres.
Paramos en un parking descubierto en el puerto que es gratuito y dimos un largo paseo por recorriendo todo el puerto hasta el faro.
Una vez terminamos el paseo conducimos hasta la autopista A9, para después enlazar con la AP7 y en menos de dos horas estábamos de nuevo en casa.
Ha sido un viaje bonito que os recomiendo hacer, aunque solo sea la escapara a Carcassonne.
Si queréis alguna aclaración solo tenéis que preguntar.
me ha encantado tu ruta!la semana que viene nos vamos tres noches a carcassonne y creo que te vamos a copiar gran parte de la ruta ya que tambien vamos con un niño. me ha sido de gran utilidad,gracias!
Gracias Carla.
Nosotros lo pasamos en grande, fue una bonita experiencia.
Espero que nos cuentes algo a tu vuelta.